El pirata fantasma llamado Pelos de Rata, no era un pirata asesino, sino un pirata ladrón. Estaba pensando ya en jubilarse, pero no encontraba a nadie para sustituirle. Un día le tendieron una trampa y lo asesinaron, cuando se dió cuenta que estaba muerto, subió primero al cielo y luego al infierno, pero no le dejaron entrar y decició ir al purgatorio. Allí sí estaba inscrito, pero sólo le dejarían entrar si aceptaba cumplir una tarea: decir a algún ser humano dónde estaban enterrados los tesoros que robó en vida y conseguir que fueran empleados para un buen fin.
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