Por alguna razón que desconocía, la familia con la que había vivido Pelikos se marchó sin él. El perro se quedó en la calle muy triste y solo. Asustado y hambriento, tuvo que aprender a vivir en soledad cuando comprendió que no volverían, y cambió su nombre por Solo, porque todo el mundo le preguntaba si estaba solo.
Y así fue por algún tiempo, hasta que un buen día se encontró con una perrita que estaba en la misma situación que él, se llamaba Sola, se hicieron muy buenos amigos e incluso conocieron a un hombre que también estaba solo, y formaron los tres una nueva familia.
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